Daiana Peña Engel es la fundadora de Agalma, la reconocida línea de cosmética natural y orgánica elaborada en República Dominicana. Es pionera en el área de jabones naturales en el país. Una mujer preocupada por el planeta y el cuidado natural de la piel.

Daiana Peña
Fotografías Alina Vargas

¿Cómo inició tu pasión por la cosmética?

Comenzó como una terapia ocupacional, viendo cómo las mezclas de aceites creaban jabones con numerosos beneficios para la piel, así decido emprender. 

¿Qué te motivó a capacitarte en Cosmética Natural Orgánica y Aromaterapia?

Mi pleno convencimiento de que en la naturaleza está todo para cuidarnos, además de que el impacto positivo al planeta cuando usamos productos biodegradables es asombroso. Lo liberamos, poco a poco, de todos los químicos invasivos que van afectando nuestro medio ambiente. 

¿Qué se siente ser pionera en la gama de jabones naturales?

Ser pionera en mi país me llena de satisfacción y orgullo, ver mi esfuerzo de años ser reconocido por un segmento de la población donde se valora y cuida la naturaleza es muy especial para mí. Esto me ha ayudado a concientizar sobre la importancia e impacto que tienen los productos naturales en nuestra piel y medio ambiente. 

¿Cómo defines Agalma? ¿Qué te inspiró a crearla y cuándo fue lanzada formalmente? 

La defino como cosmética natural y orgánica con conciencia. La lanzamos como marca en el 2010. 

 

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Además de jabones, ¿qué otros productos ofreces en la actualidad?

Desodorantes naturales, aceites esenciales, aceites vegetales, línea capilar, ambientadores de varilla, exfoliantes de sales y lociones corporales. 

 ¿Cómo fueron los inicios de Daiana Peña Engel y cómo lograste «armar» el negocio?

Ha sido un proceso de casi 22 años, pues emprender en un país donde no se tenía la conciencia ni se le daba importancia a los productos naturales fue muy difícil. Ha sido un trabajo arduo. Comencé un negocio prácticamente de la nada, sin capital, pero mi disciplina y constancia me ayudaron a organizarme. Durante mucho tiempo fui la todóloga de mi negocio y pasé años trabajando de lunes a lunes. La perseverancia y la constancia finalmente dieron sus frutos. 

¿Qué consideras son los factores más importantes a la hora de emprender?

Ser perseverante y creer en ti misma. Hay muchos factores, como la ética y la pasión con la que se trabaja, que son muy importantes. En mi caso, la perseverancia ha sido la clave. Fueron muchas las noches en las que me sentía cansada o agobiada, pero siempre con la fuerza para continuar y perseverar, eso era lo que me empujaba. Rendirme nunca fue una opción para mí. 

¿Cómo define Daiana Peña Engel su compromiso con el planeta?

Cuidar el planeta utilizando recursos renovables. Esa es mi responsabilidad como fundadora de Agalma. 

¿Qué sientes al ver tu marca convertida en una exitosa realidad?

Satisfacción, orgullo y agradecimiento. Me encanta ver cómo Agalma ha servido de inspiración para otros emprendimientos y que cada vez se tome más conciencia de usar productos naturales. 

¿Qué planes futuros tiene Daiana Peña Engel con Agalma?

Seguir con el proceso de expansión en el territorio nacional, implementar el reciclaje de casi todos nuestros productos e impartir talleres para aprender a cuidar los recursos renovables. 

Cuentan con tres sucursales, ¿tienes en la mira internacionalizar la marca?

Sí, ya estamos en eso. Tenemos presencia en varios países, principalmente en distintos puntos de Estados Unidos. 

¿Qué hace brillar a Daiana Peña Engel?

Ver que todo lo que elaboro está hecho con pasión y honestidad, y que mis clientes den testimonio de cómo los productos de Agalma ayudaron a mejorar algunas afecciones en su piel. Productos elaborados por mí, de manera natural, que no tienen un impacto negativo en nuestro planeta.