Cuando me invitaron a escribir este artículo, por un momento me quedé en blanco, pero luego recordé todas las veces que la belleza me ha salvado (y me sigue salvando) cuando más lo he necesitado. Porque, aunque a veces lo hagamos en piloto automático, cuidarnos es sinónimo de amarnos. Y no me refiero a la parte superficial que se asocia con esta idea.

Al final, tener rutinas de belleza es tener rutinas de amor propio. Estas nos permiten mimarnos, cuidarnos, priorizarnos y, ¿por qué no? exaltarnos. Creo que estas rutinas deberían ser un hábito, pues nos alivianan la carga en el camino hacia el amor propio, un camino empinado y con un trayecto bastante largo por recorrer.

A través de diferentes situaciones de la vida me he visto en posiciones incómodas, dolorosas; situaciones que han lacerado mi autoestima. ¿Cuántas de nosotras no hemos enfrentado una baja laboral o un despido? ¿Una materia reprobada? ¿Un rechazo de alguna amistad? ¿Una traición? ¡Y ni hablar de una ruptura sentimental! Es difícil, en momentos como esos, amarnos y sentirnos bien con nosotras mismas, pero es cuando más lo necesitamos.

Aquí te quiero compartir algunas de mis rutinas favoritas, que me han ayudado a sentirme bien conmigo sin importar lo que esté atravesando.

Un buen baño con tu gel de ducha favorito

Para mí, este es un momento de desconexión e, incluso, de desahogo (porque no hay nada más liberador que llorar en la ducha, ¿o me equivoco?) Escuchar el agua, sentirla en contacto con tu piel, tener fragancias agradables… Un tip: prende una vela y solo dúchate con esa luz tenue. Elevará la experiencia.

La parte más divertida: los potes

Si queremos sentirnos bellas, siempre ayuda el percibirnos bien externamente, y para eso, usar productos para la piel y cabello adecuados a nuestras necesidades es básico, a corto y largo plazo. Además, el momento de aplicarlos será como un mimo a tu alma.

En la noche, unos minutos para peinar tu cabello

Suena cliché, pero da mucha paz sentarte en silencio, contigo misma, mirarte al espejo y simplemente hacer ese pequeño acto de amor.

Al menos un día a la semana, un ritual de belleza en el salón

Hazlo aunque no tengas ganas. Arreglar tus uñas y cabello seguramente te sube el ánimo. Así que, amiga, haz esa cita.

Una “manita de gato”

Un maquillaje súper sencillo, como un bálsamo con color para los labios, un poquito de polvo para matificar y corrector de ojeras, hacen la diferencia y pueden hacerte sentir la más bella del lugar.

 

@aliceemblog

Te conectamos con las noticias de actualidad y las herramientas que te harán brillar en todos los aspectos de tu vida. Suscríbete al Shiny Newsletter aquí.