La depresión y la ansiedad son dos problemas en la salud mental de los que escuchamos cada vez con más frecuencia y, en algunas ocasiones, en conjunto. Ambas pueden llegar a afectar nuestro bienestar y pueden hacernos sufrir mucho. No son diagnósticos que debamos tomar a la ligera, por lo que siempre hay que buscar ayuda de un profesional de la salud mental para que nos ayude a aliviar los síntomas.

Aunque los dos conceptos se mencionen en conjunto, hay que entender que son cosas completamente distintas. A continuación te explicaremos qué es la depresión y la ansiedad, cuáles son sus síntomas y sus principales diferencias.

¿Qué es la depresión?

La depresión, en palabras del National Institute of Mental Health, «puede causar síntomas graves que afectan cómo se siente, piensa y coordina actividades diarias como dormir, comer y trabajar». Es una enfermedad que provoca que te sientas triste, melancólica o infeliz por un periodo prolongado y constante.

La institución enlista los siguientes puntos como signos y síntomas de la depresión:

  • Hay un sentimiento persistente de vacío, tristeza y ansiedad.
  • Sientes desesperanza o pesimismo.
  • Te sientes irritable, frustrada o intranquila.
  • Te sientes culpable, inútil o impotente.
  • Has perdido el interés en actividades que antes solías disfrutar o te causaban placer.
  • Sientes fatiga, tienes menos energía o tienes una sensación de que estás más lenta.
  • Tienes dificultad para concentrarte, recordar cosas o tomar decisiones.
  • Duermes demasiado o duermes muy poco.
  • Comes mucho o comes muy poco; hay un cambio en el apetito o en el peso.
  • Presentas dolores de cabeza, calambres, problemas digestivos u otro tipo de malestar que no se alivia con ningún tratamiento.

¿Y la ansiedad?

Preocuparnos por cosas es completamente normal, pero se vuelve problemático cuando esa preocupación se lleva al extremo. Las personas con ansiedad no pueden evitar sentirse muy nerviosas por cosas comunes como el trabajo, los problemas de salud, el dinero, entre otras cosas; se pueden llegar a preocupar extremadamente incluso cuando no existe ninguna razón para ello.

El trastorno de ansiedad generalizada, el término que se le pone a este trastorno de la mente, suele comenzar durante la adolescencia o la adultez temprana y National Institute of Mental Health nos revela cuáles son los síntomas que se presentan:

  • Preocuparse demás por cosas cotidianas (trabajo, tareas, amigos).
  • Existe una dificultad para controlar la preocupación o el nerviosismo.
  • Eres consciente de que te preocupas mucho más de lo que deberían.
  • Te sientes inquieta y/o te cuesta trabajo relajarte.
  • No te puedes concentrar.
  • Te sorprendes con facilidad.
  • Tienes problemas para dormir o permanecer dormida.
  • Sientes cansancio constantemente.
  • Presentas dolores de cabeza, musculares o del estómago sin explicación alguna.
  • Te cuesta trabajo tragar.
  • Presentas temblores o movimientos nerviosos (tics).
  • Te sientes irritable o nerviosa.
  • Sudas mucho, te sientes mareada o sientes como que te falta el aire.
  • Necesitas ir al baño con frecuencia.

Ansiedad y depresión: ¿Cuáles son sus diferencias?

Según el National Institute of Mental Health, la primera diferencia recae en la motivación. Una persona con depresión no se va a sentir motivada para llevar a cabo actividades o querer cumplir metas. Una persona con ansiedad, por otro lado, va a tratar de buscar qué hacer y cómo mantenerse ocupada todo el tiempo para evitar pensar en lo que le preocupa.

Otra diferencia recae en la presencia o ausencia de preocupaciones: un individuo con ansiedad se va a sentir en un constante estado de alerta; es decir, va a estar preocupado todo el tiempo por toda clase de cosas; en cambio, una persona con depresión, al contrario de una con ansiedad, va a tener pocas preocupaciones, casi nulas.

Finalmente, una última comparación deja mucho más clara la diferencia entre ambas condiciones de la mente. Las personas con ansiedad piensan mucho sobre el futuro, para aquellos pacientes que tienen depresión no importa nada más que su visión del pasado o presente.