¿Alguna vez has escuchado hablar del cortisol? Principalmente las ocupaciones de nuestra ajetreada vida, las continuas preocupaciones y tensiones exageradas, sin descanso, con una mala hidratación, hacen que el organismo libere cortisol, la hormona del estrés.
En sí, se trata de una voz de alarma. Fundamentalmente hemos llegado a un punto donde los recursos corporales están al límite y se frena el metabolismo. Esto hace que se retenga más líquido y sal (sodio) en el cuerpo y se eleve la presión arterial. Entonces, el corazón sufre y se esfuerza más en cada latido.
El cortisol es como una sustancia ácida corrosiva. Oxida los huesos, articulaciones y ligamentos, creando rigidez y enfermedades de tipo reumatológico.
Además, daña la replicación del ADN. También provoca que se pierdan aminoácidos y proteínas, y acelera el envejecimiento. Ningún sistema u órgano escapa a su acción oxidante, desde el inmunológico hasta el sexual-reproductivo. Baja el nivel de testosterona y hasta perdemos el deseo sexual. Todo esto hace que el cortisol, hoy en día, sea nuestro mayor enemigo.
Pero hay soluciones: equilibrar las horas de trabajo y ocio y descanso, meditación y actividades al aire libre. Vale también desconectar el celular, aprender a decir «no» y practicar el sexo. Se ha visto en diversos estudios que los valores de cortisol disminuyen considerablemente después de hacer el amor. Y, por supuesto, el ejercicio físico.
¿Cómo bajar el cortisol?
Podríamos apoyarnos en la suplementación para activar la producción de serotonina y melatonina, que ayuda a combatir el estrés. Así como en suplementos dietéticos para desbloquear el metabolismo y activar la tiroides.
Entre ellos, la ashwagandha, una planta milenaria asiática se ha venido usando con buenos resultados para bajar los niveles de estrés y nivelar el cortisol. También la pasiflora, muy conocida por sus propiedades relajantes y antiespasmódicas (alivia los dolores intestinales y de otras vísceras). Recuerda que cualquier decisión sobre el cambio en tus rutinas, siempre debes consultarla con un médico.
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