Este favorito entre diseñadores de interiores es lo mejor de dos mundos. Combina la frescura del gris con la calidez del beige.

En psicología del color, el gris representa neutralidad y equilibrio, mientras que el beige es calmante y relajante. El greige es una mezcla de ambos que ha ganado gran popularidad en el interiorismo. Es perfecto si buscas crear ambientes sofisticados, atemporales y luminosos. 

Una de las características que lo hacen una opción safe es que puede adaptarse a una amplia gama de estilos: contemporáneo, minimalista, tradicional o incluso industrial. Es una tonalidad muy versátil que puede combinarse fácilmente con distintos colores y materiales, desde maderas oscuras hasta tonos más vibrantes.

Dónde aplicarlo 

El greige es una excelente opción si deseas crear una sensación de amplitud y continuidad en tus espacios. Al pintar tanto las paredes como los techos con este color, se logra un efecto de expansión visual, haciendo que las habitaciones parezcan más grandes y luminosas. Combinado con muebles y textiles en tonos claros, ayuda a crear una atmósfera serena y relajante, ideal para áreas de descanso como dormitorios o salas.

Por ejemplo, en una sala de estar, puedes optar por paredes greige acompañadas de muebles blancos o beige, agregando un pop of color con cojines o accesorios decorativos. En una cocina, puedes aplicarlo en gabinetes o paredes, creando un telón de fondo acogedor para electrodomésticos de acero inoxidable o mesetas de piedra natural. En áreas al aire libre, se integra perfectamente con los materiales comunes de jardinería, como la madera, la piedra y el metal, creando una transición armoniosa entre los espacios interiores y exteriores. 

Sea donde sea que decidas adaptarlo en tu hogar, te dejamos algo de inspo. 

 

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