Se acerca el fin de año y la pregunta que más recibo es: ¿Qué ocurre con el mundo emocional? Muchos se sienten agotados o sin respuestas, pero déjame contarte un poco sobre esta pregunta.

Las emociones y las fiestas de fin de año van de la mano. Con el final de un ciclo y el comienzo de otro, es natural que sintamos una mezcla de alegría, nostalgia, entusiasmo y reflexión. Durante esta época, nuestras emociones suelen intensificarse y esto se ve reflejado en las celebraciones.

Una de las emociones más comunes durante las fiestas de la temporada es la alegría al reunirnos con familiares y amigos para compartir momentos especiales. La alegría se contagia fácilmente, ya sea al abrir regalos, compartir una deliciosa cena o, simplemente, disfrutar de la compañía de nuestros seres queridos. Es una época en la que nos permitimos tomar un respiro de las preocupaciones cotidianas y nos sumergimos en el espíritu festivo.

Sin embargo, también es común experimentar nostalgia. Este período nos invita a reflexionar sobre los momentos vividos a lo largo del año e, incluso, sobre aquellas personas que ya no están con nosotros. La nostalgia puede surgir al recordar las tradiciones familiares que hemos tenido durante años y que han dejado una huella en nuestro corazón. Aunque esta emoción puede resultar melancólica, también nos ayuda a apreciar lo que tenemos y a valorar los momentos especiales que hemos vivido.

El entusiasmo está presente durante las fiestas de fin de año. Nos llenamos de optimismo y esperanza por lo que está por venir. Estamos emocionados por las metas que nos hemos propuesto alcanzar en el próximo año, así como por las nuevas oportunidades que se presentarán. El entusiasmo nos impulsa a establecer propósitos y a visualizar un futuro lleno de posibilidades.

Además, la temporada nos conduce a la reflexión. Al evaluar nuestro año, analizamos nuestros logros y aprendizajes y nos planteamos nuevas metas. La reflexión nos ayuda a crecer como personas y nos permite aumentar nuestra conciencia sobre lo que realmente es importante en nuestras vidas.

Las fiestas en esta época también despiertan la gratitud. Agradecemos por lo que hemos recibido, por las personas que nos rodean y las bendiciones que hemos tenido a lo largo del año. La gratitud nos ayuda a apreciar lo que tenemos y nos llena de una sensación de abundancia y bienestar.

Estas emociones nos acompañan a medida que cerramos un ciclo y damos la bienvenida a un nuevo año lleno de oportunidades. Las fiestas de fin de año nos invitan a disfrutar de momentos especiales junto a nuestros seres queridos, a reflexionar sobre lo vivido y a soñar con lo que está por venir. Así, se convierten en un verdadero festín emocional para nuestra alma.

@pilarsordooficial

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