A medida que maduramos, hay cosas que se ponen más cuesta arriba. Una de ellas es tener un abdomen plano a los 40 años. Y la explicación es muy sencilla: según el Consejo Americano del Ejercicio, a esa edad podrías estar quemando 300 calorías menos que a los 20, por la ralentización del metabolismo.

También la reducción en los niveles de estrógeno que ocurre en las mujeres perimenopaúsicas puede disminuir la sensibilidad a la insulina. Por lo tanto, esto ocasiona que no controlemos bien los niveles de azúcar en la sangre, nos salgan esos odiosos rollitos en la cintura y aumente el volumen del abdomen. Todo lo que nos comemos se va directamente a la barriga y por eso no conseguimos tener ese abdomen plano tan anhelado a los 40.

Ahora, después de ese repaso de la dura realidad, pasemos a la buena noticia: aunque sea más difícil tener un vientre súper plano a los 40, eso no significa que sea imposible.

La alimentación es tan o más importante que el mismo ejercicio

Básicamente, hay que hacer cinco cosas:

Restringir los alimentos que te hinchan (incluidos los lácteos, si son un problema para ti y las bebidas gasificadas), disminuir el consumo de sal y azúcar refinada, reducir las porciones, eliminar los carbohidratos simples y sustituirlos por carbohidratos complejos (cereales integrales y algunas verduras), consumir más Omega 3 en forma de pescado o nueces (moderadamente) y fibra, tu abdomen lo agradecerá.

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Menos cardio, más entrenamiento de fuerza y resistencia

A partir de los 40 años comenzamos a perder masa muscular y la única forma de combatirlo es con entrenamiento con pesas. Puedes reducir un poco el ejercicio cardiovascular y enfocarte en ejercicios que te permiten mantener una masa muscular sana y, de ese modo, aumentar tu metabolismo basal. Es hora de trabajar para conseguir ese abdomen plano que tanto soñaste.

 

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Dile adiós al estrés y duerme mejor

¡El estrés engorda, y la falta de sueño también! Entonces, hay que buscar maneras de reducir el estrés y de dormir mejor, no solo porque es fuente de esos kilos de más, sino también de muchas enfermedades. Ten una buena higiene del sueño y analízate bien para descubrir qué es lo que más te alivia el estrés. Si controlas el estrés y duermes bien, seguramente podrás mantener a raya esa pancita que te hace sentir tan insatisfecha.

 

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Laura Posada es coach certificada, y creadora del movimiento #40isthenew20