María Evangelina Salas es wellness coach, guía del movimiento consciente y creadora de una comunidad vibrante de mujeres que eligen reconectar con su poder interior. Su historia personal, marcada por una profunda transformación, la llevó a convertir el bienestar en un estilo de vida y en una misión: acompañar a otras a sanar desde adentro, activar su energía vital y vivir en coherencia con su verdad.
En esta conversación, nos recuerda que el bienestar no es una meta estética, sino una forma de habitar el cuerpo con presencia, cultivar el amor propio y elevar la conciencia. Porque cuando nos sentimos bien, cuando movemos el cuerpo con intención, respiramos con gratitud y nos elegimos todos los días, la felicidad deja de ser una búsqueda y se convierte en un estado natural.
¿Cuáles son tus hábitos infalibles para tener un cuerpo espectacular?
Primero, redefinir qué significa “espectacular” (risas). Para mí, es un cuerpo que se siente fuerte, vital, conectado, libre, armónico y coherente. Mis hábitos clave: tomar agua con intención, escuchar a mi cuerpo más que a la mente, cuidar mis pensamientos tanto como mi alimentación, movimiento funcional diario, presencia durante el ejercicio (conectar cerebro con músculo), respirar conscientemente, dormir bien, agradecer a mis células, músculos, ligamentos y órganos por ejercer su función, hacer todo desde y a través del amor, no del castigo.
¿Cómo fue tu viaje personal hasta convertirte en wellness coach?
Mi camino hacia el bienestar no comenzó con una meta física, sino con una necesidad del alma. Durante años, me sentí desconectada de mi cuerpo, de mi esencia y de mi verdad. Viví experiencias que me marcaron profundamente y me llevaron a olvidar mi poder, pero luego me impulsaron a recordarlo. Convertirme en wellness coach fue el resultado de una transformación radical, tanto interna como externa. Sané heridas, solté máscaras y decidí ser la guía que alguna vez necesité. Hoy acompaño a otras mujeres a reconectar con su cuerpo, su energía y su poder personal. No enseño desde la teoría, sino desde la sabiduría adquirida a través de mis experiencias de vida. Cuando una mujer recuerda quién es, se convierte en medicina viva para las demás.
Tu lema “Activa tu poder, sana desde adentro, vive en expansión” es muy poderoso. ¿Qué representa esta frase para ti?
Más que un lema, para mí es una forma de vivir. “Activar tu poder” es recordar quién eres sin condicionamientos. “Sanar desde adentro” es reconocer que la verdadera medicina está en la conciencia y la responsabilidad personal. “Vivir en expansión” es elegir crecer, amar, crear y vivir en coherencia con tu verdad más elevada. Es el camino que yo recorrí y que hoy sostengo con amor para quienes eligen transitarlo también.
¿Cómo relacionas un cuerpo saludable y el bienestar integral con ser felices?
El cuerpo es el canal a través del cual experimentamos la vida en la Tierra. Es el templo de nuestra alma, el portal entre lo físico y lo divino. Cuando lo cuidamos y lo habitamos con presencia, todo cambia: nuestros pensamientos, emociones y decisiones se alinean. La felicidad no es una “meta a alcanzar”, es el camino, un estado que se cultiva desde adentro. Tener un cuerpo saludable, consciente y en armonía nos acerca a esa frecuencia. Presencia antes que productividad. Mover el cuerpo como un acto de amor, no de obligación. Aprender a decir “no” sin culpa. Rodearte de personas que eleven tu energía. Tener momentos de silencio y conexión diaria, como la meditación. Recordar que no necesitas estar bien todo el tiempo para estar en paz. Reconectar con la naturaleza, aunque sea 10 minutos al día. Agradecer por todo lo que ya es. No dar nada por sentado. Servir a otros desde el amor y de forma desinteresada. Reírte a carcajadas.
¿Cuáles son los principales errores que cometen las mujeres que buscan bienestar físico y emocional y no logran sus metas?
Muchas inician su camino desde el rechazo: quieren cambiar su cuerpo porque no lo aman, en lugar de hacerlo desde el respeto. Otras confunden bienestar con solo hacer ejercicio o comer sano, y se olvidan del alma. También veo mucho autosabotaje disfrazado de perfeccionismo, o la creencia de que deben hacerlo todo solas. El verdadero cambio ocurre cuando dejas de pelear contigo misma y comienzas a acompañarte… reconociendo lo que ya eres: una consentida de Dios. El bienestar no se fuerza. Se cultiva, se honra y se habita.
¿Cómo influye nuestro bienestar en nuestra forma de liderar, criar, amar o tomar decisiones?
Todo lo que somos se filtra en lo que hacemos. Si no estamos bien con nosotras mismas, nos relacionamos desde la carencia, criamos desde la herida, lideramos desde el control y amamos desde el miedo. Cuando elevas tu bienestar, tus decisiones se vuelven más sabias, tu energía más limpia y tu presencia más poderosa. El bienestar no es un lujo: es la raíz de una vida en coherencia.
¿En qué consiste tu programa Metamorfosis 21D?
Es un viaje de transformación física, mental y energética. Durante 21 días, las participantes acceden a entrenamientos funcionales guiados, alimentación consciente, herramientas emocionales y espacios de introspección. Pero más allá del “plan”, lo importante es lo que se activa dentro de ellas: una nueva forma de verse, de moverse, de sentirse. Es una alquimia entre fuerza, conciencia y amor propio.
Has creado una comunidad enorme de mujeres a las que inspiras cada día.
¿Qué se siente ser parte de la transformación de tantas mujeres? Es un honor sagrado. Me conmueve profundamente ver cómo una mujer que un día llegó con miedo, duda o culpa, hoy se reconoce poderosa, magnética y libre. Yo solo reflejo lo que ya habita dentro de ellas. Ser testigo de esos despertares es, sin duda, el mayor regalo de este camino. Porque cuando una mujer despierta, no solo transforma su vida, sino que se convierte en medicina para muchas más, ofreciéndoles el permiso de hacer lo mismo.
Uno de tus propósitos es inspirar a otras mujeres a brillar. ¿Qué cosas debemos decirnos todos los días para que nuestra luz brille más fuerte?
Recordarnos verdades que nos devuelvan a casa. Afirmaciones que no vengan desde el ego, sino desde la autenticidad, la presencia y el amor propio… ¡y encarnarlas! No se trata de repetir por repetir, sino de sentir cada palabra como un acto de presencia, como un regreso a lo que siempre ha sido verdad.
¿Y a ti, qué te hace brillar?
Me hace brillar mi conexión con Dios, con mi divinidad, con la naturaleza, con mi hijo y con mi propósito. Brillo cuando me habito con autenticidad. Cuando recuerdo que estoy aquí para servir y que cada día lo hago desde un amor profundo, genuino y presente. Brillo cuando soy yo… sin esfuerzo, sin máscaras, sin permiso. Porque cuando estoy en coherencia con mi alma, ¡la luz se enciende sola!
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