La crianza de un niño con autismo es un viaje lleno de retos, aprendizajes y pequeñas victorias que transforman por completo la perspectiva de quienes lo viven.

Dawayri Díaz, María Consuelo Sepúlveda y Massiel Uceta son tres madres que comparten esa experiencia y decidieron convertirla en una oportunidad para marcar la diferencia. Juntas fundaron Kaleidoscopio, una red de apoyo que busca empoderar a las familias con niños neurodiversos, ofrecerles herramientas prácticas y construir una sociedad más inclusiva. En esta entrevista, este equipo de mujeres resilientes y comprometidas nos cuentan más sobre la inspiradora labor que realizan y cómo buscan transformar vidas bajo el lema «Mil formas de ver el mundo»

¿Cuál fue el momento o experiencia que les llevó a crear Kaleidoscopio?

Luego de analizar que teníamos una nueva realidad y mucho en común por los desafíos sociales y personales que conllevaba el diagnóstico de nuestros hijos, María Consuelo decide presentarnos. El clic fue instantáneo y a partir de ahí fue surgiendo una cofradía y una intención por mejorar la situación no solo de nuestros hijos sino de toda una sociedad. Juntas encontramos un enorme soporte al desahogarnos, compartir experiencias y celebrar cada pequeño avance de nuestros hijos. Solo nosotras y el que lo está viviendo entiende el valor de cada logro. Esto nos hizo reconocer la importancia de crear un grupo de apoyo; una tribu que acompañe a las familias que necesitan ser escuchadas y validar sentimientos que muchas veces no son reconocidos. Así nació Kaleidoscopio, con la misión de fortalecer, educar y empoderar a quienes transitan la desafiante experiencia de la crianza en el camino de la neurodiversidad.

Kaleidoscopio

Kaleidoscopio nació con la misión de fortalecer, educar y empoderar a quienes transitan la desafiante experiencia de la crianza en el camino de la neurodiversidad” 

 

¿Cuál es la misión de esta fundación y qué recursos ofrecen? 

Kaleidoscopio fue creada para servir como una red de apoyo y guía para las familias con niños neurodiversos. Esta fundación acompaña a las familias en cada paso del proceso ofreciendo talleres educativos que permiten a padres, madres y cuidadores adquirir herramientas y conocimientos actualizados. También abogamos por el apoyo de instituciones y profesionales que quieran apoyar la neurodiversidad para crear una sociedad que abrace y respete las diferencias. Otro pilar fundamental es cuidar a quien cuida: esos padres, madres y tutores que con amor y dedicación crían a sus hijos, pero viviendo con altos niveles de ansiedad, frustraciones, rechazo. Por esto deseamos brindarles programas de apoyo y contención que fortalezcan su bienestar emocional y físico. A través de estas iniciativas, trabajaremos para la construcción de una comunidad más empática e inclusiva.

¿De qué manera crees que la sociedad puede colaborar para crear entornos más empáticos hacia los niños con autismo? 

Una sociedad educada sobre la neurodiversidad es sinónimo de una comunidad más sensible, capaz de ponerse en el lugar de los demás. La crianza empieza desde el hogar, donde es esencial que cada padre fomente en sus hijos la comprensión y la integridad de cada ser humano, sin importar la condición que padezca. En ese mismo ámbito es vital también ofrecer capacitaciones a docentes, profesionales y a la comunidad en general, que permita derribar todos los prejuicios con los que hemos sido criados, generando una nueva sociedad donde la empatía y la paciencia sean valores prioritarios. La sociedad puede aportar creando espacios más inclusivos en escuelas, clubes deportivos y espacios públicos que promuevan la participación activa de todos los niños. Este mundo también es de ellos y merecen sentirse a gusto en el mismo.

Kaleidoscopio

Juntas encontramos un enorme soporte al desahogarnos, compartir experiencias y celebrar cada pequeño avance de nuestros hijos”

¿Qué mensaje les gustaría dejar a las familias que buscan apoyo y aún no han encontrado un espacio como este?

Queremos recordarles lo importante que es no silenciar la condición de sus hijos, porque cada uno de ellos merece ser visto, escuchado y celebrado. Nuestros niños tienen derechos y un lugar en la sociedad; sus diferencias son parte de quienes son y nos enriquecen como comunidad. Abrazar esas diferencias nos recuerda que lo que nos hace únicos también nos da la oportunidad de crecer juntos con amor y empatía. No tengan miedo de buscar apoyo. En espacios como Kaleidoscopio encontrarán una tribu que los comprende y los acompaña.

 

@kaleidoscopio.rd

 

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