El bienestar empieza en tu cabeza y evoluciona con tus hábitos. Es una decisión que tomas todos los días cuando priorizas lo que te hace bien. Estar y sentirnos bien tiene un impacto directo en todas las áreas de nuestras vidas, incluyendo nuestra vida profesional, a la que dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo productivo del día. Según Global Benefits Attitude Survey, siete de cada diez trabajadores esperan un mayor enfoque en temas de bienestar por parte de sus empleadores. Más allá de esto, de acuerdo con un artículo de Snacknation, el 36 % de los trabajadores en Estados Unidos estaría dispuesto a dejar de ganar US$5,000 al año a cambio de estar en un ambiente de bienestar.

Son muchos los autores que han abordado el tema del bienestar en el trabajo. Algunos coinciden en que autogestionar su bienestar es responsabilidad exclusiva del trabajador, mientras que otros piensan que la empresa es la responsable de un ambiente saludable. Durante años he diseñando programas de bienestar con empresas y puedo decir con confianza que el bienestar en el trabajo es una co-construcción entre empleado y empleador. Si bien es cierto que las organizaciones deben disponer de herramientas y promover prácticas que lo estimulen en sus equipos, también es una realidad que cuando el empleado está feliz, es porque viene así desde su casa.

Una persona que prioriza su bienestar emocional, financiero, físico y espiritual, es más propensa a mantener una actitud positiva. Asume los retos con resiliencia, se enfoca más en sus funciones, logra mayores niveles de desempeño y por ende produce mejores resultados. Por su parte, una empresa cuya filosofía organizacional está basada en principios de bienestar colectivo fideliza a su personal, disminuyendo su rotación (pues nadie quiere irse de donde se siente bien) y a la vez se convierte en un imán para los mejores talentos, lo que en su tiempo, repercute en un ambiente laboral de excelencia.

Ya sea que en la actualidad te desempeñes como un contribuidor individual en una empresa o funjas como líder, te comparto tres recomendaciones que, en mi experiencia impactando a miles de colaboradores, he comprobado que propician mayor bienestar en el trabajo:

PRIORIZA LO QUE TE HACE BIEN

En el trabajo puedes encontrar ambientes, personas, y conversaciones que a veces entretienen, pero están lejos de tu bienestar genuino. Evitar el chisme, la queja, la negatividad y procurar rodearse de aquello que agrega valor y te hace mejor persona y profesional es una de las claves para experimentar ese tan anhelado bienestar en el trabajo.

NO PELEES TUS ROLES

Indiscutiblemente la rutina del día a día puede llevarte a descuidar por momentos algunos aspectos de tu vida. En vez de frustrarte por no lograr el perfecto balance entre lo profesional y personal, haz las paces contigo y fluye. Habrá días donde tendrás que dedicar más tiempo a tu trabajo, restando tiempo a tu familia y amigos, pero habrá otros días en los que te desconectarás por completo del mundo laboral, sin necesidad de sentirte culpable de disfrutar con los tuyos. Armonizar ambos roles será crucial para sentirse bien.

APRENDE EL VALOR DEL NIVEL DE VIDA VS LA CALIDAD DE VIDA

Con frecuencia confundimos estos dos importantes conceptos ligados al bienestar. Nivel de vida es tener, pero calidad de vida es disfrutar lo que tienes. De nada servirá todo por lo que te esfuerzas si al final no puedes disfrutarlo plenamente. Recuerda que la riqueza se mide en dinero y el bienestar se mide en tiempo. ¡Adelante! Atrévete a diseñar una vida de la cual no quieras escapar con frecuencia. Es tiempo de vivir #IntencionalmenteFeliz. @jomery

@japines.me

 

Te conectamos con las noticias de actualidad y las herramientas que te harán brillar en todos los aspectos de tu vida. Suscríbete al Shiny Newsletter aquí.