Imagina por un momento estar frente a un glaciar. Una experiencia que, sin duda, te cambia la vida. Para alguien como yo, que siempre ha vivido en el Caribe, la mera idea de los glaciares de la Patagonia era como pensar en Saturno. Sabía que existían, pero lejos. Lo suficientemente lejos como para ni siquiera soñar con ir a verlos.

Pero la vida da muchas vueltas y me sacó de Venezuela, me puso en una isla con verano eterno y luego, sorprendentemente, al sur del sur: Argentina. Un destino que, para variar un poquito de sazón, conviene visitar este verano. 

¿CÓMO LLEGAR? 

Si el objetivo es cuidarte el bolsillo sin sacrificar la diversión, existe una aerolínea low cost que por menos de USD$500 (si compras a tiempo) te lleva directo a Buenos Aires. De allí, para llegar a la Patagonia, específicamente a la ciudad de El Calafate, hay que tomar un vuelo nacional de aproximadamente tres horas.

Reserva tu Airbnb con anticipación. Hay muchos y a diferentes precios y gustos. Una vez en El Calafate, te encontrarás con muchos tours que te ofrecen el recorrido completo hacia el Parque Nacional Los Glaciares, que queda a 80 km de distancia. Lo ideal es hospedarse en la ciudad para mayor comodidad y partir de allí al Parque Nacional. Recomiendo ir directo a la agencia Marpatag, tiene precios excelentes y diferentes tarifas con transporte incluido para lo que quieras hacer. En mi caso, que viajé acompañada, elegimos hacer el recorrido en crucero por los tres glaciares más grandes del parque, Spegazzini, Upsala y Perito Moreno. Si eres más aventurera, te recomiendo hacer la experiencia del trekking por el hielo.

¿POR QUÉ IR A VER HIELO?

Si eres de aquellas personas que aprecian las maravillas surreales de la naturaleza, esto definitivamente merece la inversión. Imagina estar frente a una pared de hielo de 60 metros de altura y, al mirar más allá, darte cuenta de que parece no tener fin, que se pierde entre las montañas. Puedes observar el hielo acumulado por décadas, que día tras día se va moviendo hacia el lago. Te das cuenta de lo pequeños que somos ante lo sublime e imponente de la naturaleza y, al mismo tiempo, te sientes parte de todo. No creo estar exagerando cuando digo que cada peso invertido valió la pena.

No olvides ir bien abrigada. Aunque si no quieres llenar tu maleta, El Calafate tiene tiendas donde alquilan ropa y el equipo necesario para el clima.

SI ERES FOODIE, ESTO ES PARA TI

Visitar los glaciares te tomará todo un día, así que probablemente regresarás con hambre. El Calafate cuenta con una gastronomía riquísima y de los mejores vinos que he probado. Y no te preocupes por los precios, ¡es más económico que comer en Santo Domingo!

La especialidad de la zona es el cordero. De los restaurantes que visité, puedo recomendarte Mi Viejo, cuya historia te conmoverá y su cordero te va a encantar. También puedes visitar La Tablita y disfrutar de sus vinos, carnes y postres (para que te hagas una idea, pedí las frutillas con crema dos veces). Asegúrate de reservar antes si no quieres hacer fila.

Y, por supuesto, si se te antoja algo rápido, pero igual de delicioso, el Big Pizza de la Av. Libertador está perfecto. La acompañas con una cerveza y serás feliz.

Espero que te haya sido útil y disfrutes un verano frío y diferente en Argentina. No olvides quedarte un ratito en la Ciudad de la Furia. Buenos Aires debe ser otro must en tu lista de viajes, pero ese es un tema para otro artículo.

Bon voyage, shiny girl!

 

@_daniurdaneta

Fotografías: Fernando Marcano

 

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