Hoy, 13 de enero, se conmemora el Día Internacional de la Lucha contra la Depresión. Una fecha que queremos aprovechar para arrojar luz sobre una enfermedad que durante años ha sido subestimada por temas culturales y falta de educación.

Para ello recurrimos a la doctora Yasury Barromé, psiquiatra psicoterapeuta especializada en crisis y traumas, quien en nuestro último Shiny Talk «Qué hacer si la depresión toca tu puerta», estuvo conversando con nosotras sobre esta enfermedad mental y la manera en la que se relaciona con otro trastorno muy común: la ansiedad. Esto es parte de lo que nos dijo.

¿Qué es la depresión y cómo se manifiesta?

La depresión se considera como un trastorno del estado de ánimo, que se caracteriza por alteraciones tanto psicológicas como físicas. Un error común es limitarla a simplemente tristeza y melancolía, haciendo que el término se tome a la ligera.

Y es que existen síntomas más importantes que hablan de esta afección. Entre los más comunes:

  • Alteraciones en el patrón alimentario (aumento o pérdida importante de peso en poco tiempo)
  • Alteraciones en el sueño ( o duermen mucho o duermen poco o no tienen un sueño de calidad)
  • Anhedonia (falta de interés por hacer las cosas que anteriormente se disfrutaban, o ningún placer al hacerlas.)
  • Irritabilidad
  • Aislamiento social
  • Desesperanza hacia la vida
  • Sensación de vacío
  • Desmotivación al mirar hacia el futuro
  • Exceso de pensamientos acerca de cosas que han pasado y todavía no se han superado

Como vemos, la melancolía y tristeza con la que se relaciona a la depresión solo representa dos de los más de 15 síntomas con los que puede manifestarse.  Si cinco o siete de estos se mantienen persistentes la mayor parte del día, todos los días durante más de dos semanas, ya estamos hablando de un cuadro depresivo.

Pero esto no termina ahí. La doctora Barromé nos explica que a esta lista se añaden síntomas físicos, como:

  • Cansancio
  • Pesadez en los hombros, espalda baja o cuerpo en general
  • Enlentecimiento motor (caminar más lento de lo normal)

Y también síntomas cognitivos, como:

  • Estado de embotamiento
  • Incapacidad para ejecutar ideas
  • Falta de productividad
  • Procrastinación

Todos tienen en común la característica de que causan un malestar significativo en la persona que los padece, afectando o su trabajo, o su relación con sus familiares, o su relación con su entorno.

Y la ansiedad, ¿está relacionada? 

En pocas palabras, la ansiedad viene siendo un miedo anticipado (no identificado) que provoca una sensación de incertidumbre.

La doctora Yasury explica que de cada 100 casos de depresión, 85 están acompañados de síntomas ansiosos; y viceversa, también hay pacientes con cuadros ansiosos que desarrollan características depresivas.

¿Cómo se identifica? Si cuando se realiza la historia clínica el paciente menciona que se siente sin ánimo, con falta de energía, irritabilidad o pensamientos pesimistas, y estos síntomas en el tiempo vienen acompañados de agitación, inquietud, sensación de falta de aire y pensamiento catastrófico (de que algo malo les va a pasar), ya estamos hablando de un cuadro de trastorno de ansiedad. 

Depresión y ansiedad

Entonces, ¿cuál es la diferencia entre ansiedad y depresión?

Es necesario identificar que, contrario a la depresión, la ansiedad en sí no es patológica. De manera aislada, no es una enfermedad, sino una respuesta anticipada al estrés que nos permite prepararnos para las situaciones de la vida. Ahora bien, el trastorno de ansiedad es más complejo; es cuando la ansiedad interfiere con el funcionamiento, altera el sueño, el apetito, provoca inquietud y demás.

Para diferenciar una de la otra, la doctora Yasury nos hace tres comparaciones principales:

  1. Síntomas físicos

El trastorno de ansiedad se manifiesta en muchos síntomas físicos, que son diferentes a los síntomas físicos de la depresión. Por ejemplo, en lugar del enlentecimiento propio de la depresión, las personas con ansiedad sienten agitación e inquietud, a causa del exceso de pensamientos rumiantes.

El nerviosismo, sensación de peligro inminente, pánico, ritmo cardíaco acelerado, sudoración, temblores e hiperventilación son síntomas comunes de la ansiedad. Pero tienen la particularidad de que son problemas físicos que se originan por los mismos pensamientos negativos, ya que la mente no distingue lo que es real de lo imaginario, entonces el cuerpo traduce esas preocupaciones como una amenaza mortal.

2. Aislamiento

Las personas con trastorno de ansiedad evitan salir, toman medidas para no durar mucho tiempo en un lugar, tienen conductas evitativas para no exponerse a situaciones que detonen sus síntomas y, en definitiva, terminan aislándose porque tienen miedo de que, si salen, algo malo les va a pasar.

En cambio, el aislamiento social de las personas con depresión se da porque no existe un interés ni deseo de salir.

3. Pensamiento

En el trastorno de ansiedad hay un pensamiento catastrófico, que mantiene a la persona en hipervigilancia y alerta a potenciales peligros; mientras que en que  la depresión persiste un pensamiento pesimista y sin esperanza, que hace que la persona pierda total interés de lo que pasa en su entorno.

Depresión y ansiedad

Al final, ¿cómo afectan la una a la otra? 

Barromé sostiene que los pacientes que han sufrido de depresión por mucho tiempo, sin tratarse ni medicarse de forma correcta, pueden desarrollar características ansiosas (ataques de pánico, crisis de angustia, etc.).

“Llegan a consulta por ansiedad y cuando se hace la historia se descubre una depresión escondida.” cuenta.

Nos explica que también pasa en el sentido contrario: la ansiedad agota y estar todo el tiempo en hipervigilancia conduce al pesimismo y, como forma adaptativa, aparecen los síntomas depresivos.

Depresión y ansiedad

¿Qué hacer cuando tu salud mental está en deterioro?

La salud mental es un tema que nos concierne a todos y marca la diferencia estar informados.

Si sospechas que estás deprimida, o que la ansiedad no te está permitiendo vivir tu vida al máximo, comprende que estos son problemas que tienen el mismo peso que cualquier otro, pero son condiciones tratables que pueden solucionarse con ayuda profesional, antes de que conduzcan a escenarios lamentables.

Puedes educarte más e informarte sobre tratamientos y recursos en @yasuryborrome.psiquiatra

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