El concepto de moda sostenible se ha vuelto muy popular, pero ¿cuál es su verdadero significado?, ¿por qué es tan importante que esta práctica sobrepase sus 15 minutos de fama?, ¿cómo podemos aportar a que así sea? 

Aqui te resumimos el A,B,C del slow fashion y cómo puedes aplicarlo a tu estilo de vida.

Empecemos por la raíz: la moda rápida o fast fashion, es ropa usualmente barata creada para satisfacer la demanda que causan las tendencias efímeras, poniendo en el mercado los estilos nuevos a la velocidad de la luz. Un sistema tóxico que representa un grave problema de sobreproducción y consumo que ha convertido a la moda en uno de los mayores contaminantes del planeta.

Contrarrestando los efectos de la moda rápida, tenemos al slow fashion como alternativa. Uno de los pilares de la moda sostenible que aboga por la fabricación de prendas de vestir de una manera respetuosa, tanto para el medio ambiente y los animales como para las personas que trabajan en la industria textil.

¿Cómo puedes unirte al “good side”? 

El fast fashion puede sonar conveniente para los que gustan vestir on trend. Siendo honestos, en algún punto todos hemos sido tentados por tendencias momentáneas, y mucho más si vienen con un precio asequible. Pero estamos en pleno 2022, una época donde finalmente tenemos una necesidad, casi de supervivencia, de tomar acción a favor de nuestro planeta y sociedad.

Puedes ayudar a que el slow fashion sea la norma, identificando soluciones que se basen en mejores estrategias de diseño, producción, consumo, uso y reutilización de la ropa. Por ejemplo:

  • Apoyando a emprendedores y artesanos locales
  • Comprando ropa de segunda mano
  • Donando la ropa que ya no usas
  • Dándote un break de las tendencias y enfocándote en piezas atemporales.
  • Eligiendo calidad sobre cantidad.
  • Comprando piezas hechas con materiales de bajo impacto ecológico y respetuosos con el medio ambiente.
  • Investigando y asegurándote de que las tiendas que frecuentas producen la ropa de manera ética, respetando las condiciones económicas y laborales de sus empleados y el planeta.

Con estos hábitos aportas a la reducción de las emisiones de carbono, la sobreproducción de prendas, los niveles de contaminación y la acumulación de residuos textiles que dejan las fábricas industriales. Además de proporcionar valor a marcas, consumidores y minoristas que tienen una filosofía sostenible.

La próxima vez que vayas de compras, recuerda que una manera de cambiar el mundo es tomando decisiones conscientes con lo que compramos y usamos. ¡Y eso está en tus manos!

 

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