La casa de moda está envuelta en un escándalo por mostrar en una campaña fotos de niños posando con elementos fetichistas.

Balenciaga ha estado en la boca del lobo desde la publicación de las fotos promocionales de su campaña The Toy Stories Holiday, donde se ven  modelos infantiles sosteniendo carteras en forma de osos de peluche con accesorios de BDSM. A esta polémica se le ha sumado la reacción a otra campaña publicitaria para la selección primavera 2023 de la marca,  en la cual se puede ver el documento de un controvertido fallo de una ley sobre pornografía infantil, usado como prop.

La disculpa

A pesar de que las imágenes fueron eliminadas, la marca se enfrenta a una reacción mediática violenta por estas. Sobre la primera campaña, la firma de lujo asumió total responsabilidad y emitió una disculpa vía Instagram.

“Nos disculpamos sinceramente por cualquier ofensa que nuestra campaña navideña pudo haber causado. Nuestras bolsas de osos de peluche no deberían haber aparecido con niños en esta campaña” dijeron.

Las imágenes de los niños abrazando peluches con arneses no fueron lo único que causó controversia

En la segunda campaña, Spring 23, se puede ver un documento  judicial de 2008 titulado «Estados Unidos vs. Williams», un controversial caso de la Corte Suprema relacionado con las leyes de pornografía infantil.

“Pedimos disculpas por mostrar documentos inquietantes en nuestra campaña. Nos tomamos este asunto muy en serio y estamos tomando acciones legales contra las partes responsables de crear el set e incluir elementos no aprobados para nuestra sesión de fotos» informó Balenciaga, poniendo la responsabilidad en la empresa co-productora de la sesión fotográfica.

«Condenamos enérgicamente el abuso infantil en cualquier forma. Defendemos la seguridad y el bienestar de los niños”. añadió.

En un comunicado más reciente, hecho este lunes en su cuenta de Instagram, la marca sostuvo que esta segunda campaña estaba supuesta a replicar el ambiente de una oficina de negocios, pero el documento se incluyó como prop no autorizado.

«Todos los artículos incluidos en esta fotografía fueron proporcionados por terceros que confirmaron por escrito que estos accesorios eran documentos de oficina falsos. Resultaron ser documentos legales reales, probablemente procedentes de la filmación de un drama de televisión.» dijo la marca.

«La inclusión de estos documentos no aprobados fue el resultado de una negligencia imprudente por la cual Balenciaga ha presentado una denuncia. Asumimos totalmente la responsabilidad por nuestra falta de supervisión y control de los documentos que salían de fondo y podríamos haber hecho las cosas de manera diferente.»

 

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Las medidas a tomar

Balenciaga ahora está demandando a North Six (la compañía que produjo la sesión de fotos) y al escenógrafo, Nicholas Des Jardins, por casi $25 millones de dólares en daños por la campaña Spring 23.

En su último post de Instagram, la marca expresó que en adelante estarán revisando de cerca su organización y formas colectivas de trabajo para evitar que algo parecido vuelva a suceder. También dijeron estar sentando bases con organizaciones especializadas en protección infantil.

Sin embargo, el verdadero problema está en cómo la polémica ha manchado la imagen de la firma. Y es que, como ambas campañas se produjeron de forma independiente y en diferentes épocas del año, muchos han resaltado que esto apunta a un patrón perturbador dentro de Balenciaga.

 

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