Aunque parece natural e intuitivo, relajarse no siempre resulta una tarea fácil. A algunas personas les cuesta desconectarse del trabajo mientras que otras no siempre saben cómo.

Para que sepas, aquí te dejo 7 tips para aprender a relajarte.

1. Verifica qué te relaja

Puede ser leyendo un libro, haciendo ejercicio, socializando, estando en contacto con la naturaleza, pintando, escuchando música, entre otros. Si no sabes cuál es la mejor actividad para ti, intenta varias hasta que encuentres la que te traiga paz. Recuerda que relajarse no es una actividad sino el resultado de ella. Date la oportunidad para descubrir lo que te hace percibir descanso

2. Sé compasiva contigo

Lidiar con pensamientos negativos y culpa no siempre es sencillo. No te obsesiones con una manera «perfecta» o con tener una relación perfecta con el descanso. En algunas ocasiones no será posible y eso está bien.

3. Maneja tus expectativas

Ponte metas reales con el trabajo, relaciones, situación actual de vida y también con el descanso. Relajarse no es mágico ni tampoco es la ausencia de estresores; se trata de crear momentos donde los pongas en pausa temporalmente y con límites saludables, de manera que no tengas que involucrarte con todo lo que tienes en tu plato

4. Distingue entre descansar y procrastinar

Nuestras sociedades perciben el descanso como procrastinación; por ello, se estigmatiza su práctica. El cerebro necesita reposar y despegar del constante ajetreo. Descansar nunca va a interrumpir tu productividad sino que va a ayudarte a mejorarla, siempre y cuando tus expectativas sean realistas

5. Crea una actividad de transición

Cuando se te haga difícil despegarte de las labores del día, puedes realizar una acción que te ayude a recordar que es tiempo para una pausa; puede ser algo tan cotidiano como bañarse o sentarse en el la sala. Esa actividad le «dice» a tu cerebro que es hora de parar y te da el «permiso» de iniciar tu rutina.

6. Aparta pequeños momentos de descanso o relajación durante la semana

En ocasiones tendemos a restringirnos de momentos libres pensando que debemos “ganarnos” el descanso. Esto podría provocar una especie «atracones» cuando hay tiempo libre suficiente (como cuando vemos una serie entera de una sentada), que luego traiga sentimientos de culpa.

7. Busca ayuda

Si relajarte representa un reto, no puedes integrarlo en tu vida o sientes mucha culpa al hacerlo, considera buscar ayuda profesional de manos de un psicólogo o psiquiatra.

Closeup of a smiling young woman lying on couch

Sigue a la doctora Katherine Calderón en @ampicilina500

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