Para crear un negocio próspero, debes poner la mente de tu lado, saber que todo comienza en ti. La diferencia entre una persona exitosa y otra que se quedó sentada, es la actitud mental.

Sentado en el escritorio de su oficina, donde lleva casi diez años rumiando su frustración por un trabajo que le desagrada, Eduardo tiene un impulso de levantarse, retomar los planes de un negocio que imaginó meses atrás y alcanzar la prosperidad añorada a lo largo de su vida. Pero, tan repentino como ese impulso es el pensamiento que cruza por su mente como un rayo paralizador: “Es que los ricos ya están completos. La fortuna toca las puertas de los demás”. Y vuelve a acomodarse en su asiento, ahogado por la resignación y con un pago mensual que cubre a duras penas sus gastos.

Muchas personas se han visto retratadas en esta situación de conformismo, empujadas por pensamientos limitantes. Para crear un negocio próspero, debes poner la mente de tu lado, saber que todo comienza en ti mismo. La diferencia entre una persona exitosa y otra que se quedó sentada, es la actitud mental.

Pensar y decir frases negativas sobre la percepción de nosotros mismos, nos paraliza. Nos negamos de antemano la posibilidad de cambiar las circunstancias adversas, como hacen los emprendedores, inventores y todos los que han logrado un impacto positivo en el mundo.

Algunas de las frases más comunes con las que nos boicoteamos son “quiero independizarme, pero no tengo ni las capacidades ni las herramientas”, “no soy bueno para esto”, “si tuviera tiempo, lo haría”, “no tengo apoyo”, “con dinero todo se puede, pero yo no lo tengo”, etcétera.

Lo peor es que las decimos sin pensar en el poder de la palabra, y en su papel para modelar nuestros pensamientos y acciones. Las frases negativas tienen el poder de estancarte. Todos, de alguna manera, nos paralizamos por creencias y afirmaciones tóxicas que venimos consumiendo desde la infancia. De modo que tampoco te culpes si has abrazado sentimientos que te distancian de tus sueños. Pero, puedes “formatear” la mente para abrazar palabras y pensamientos que restablezcan el poder de concretar el propósito trazado.

Recuerda estos cinco pasos para frenar las creencias limitantes:

  1. Identifica tus frases limitantes esenciales.
  2. Detecta en tu lenguaje diario, con tu familia, entorno laboral y social, cuándo empleas esas palabras.
  3. Lucha contra aquello que has creído o te han hecho creer hasta ahora, para darle la vuelta. Hazlo desde la acción. Por ejemplo, ante un “no sirvo para hablar en público”, recuerda los episodios donde saliste airoso, como defender una tesis, exponer un proyecto o hacer valer una idea entre amigos.
  4. Pon en una balanza los pro y los contras de las creencias limitantes que te asaltan, haciendo lo contrario. Imagínate en un escenario en el que las has cuestionado, y qué podrías hacer con tus capacidades y dones únicos. Cambias la limitación por oportunidad.
  5. Mantente atento de qué te dices y cómo te dices las cosas de ahora en adelante, para decantarte por nuevas creencias que te impulsen a lograr metas y objetivos.

El cambio es la clave.

Conoce al autor

Antonio Díaz es mentor y estratega de negocios con más de 12 años de experiencia. En su más reciente libro,  “El músculo de la prosperidad”, puedes encontrar  motivación para triunfar en tus negocios y todo lo que te propongas.

Te conectamos con las noticias de actualidad y las herramientas que te harán brillar en todos los aspectos de tu vida. Suscríbete al Shiny Newsletter aquí.