Las capacidades para sobreponerse ante las adversidades y adaptarse a los cambios son necesarias en las personas y, por supuesto, también en las corporaciones. El viaje hacia el éxito empresarial no suele ser una cómoda autopista, sino un camino sinuoso, lleno de baches y desvíos sin salida. 

Estos son, a mi modo de ver, los requisitos para que la resiliencia forme parte de la cultura corporativa: 

 

Anticipación 

No es posible adivinar el futuro, pero casi. Es necesario permanecer atentos a los cambios sociales y observar las tendencias de los mercados; no esperar a que los clientes pidan algo para dárselo, sino ofrecérselo antes de que ellos mismos sepan que lo quieren.  

 

Agilidad 

Todos conocemos sonados fracasos de empresas que no reaccionaron a tiempo o crisis de reputación que tardaron demasiado en gestionarse. Son ejemplos que demuestran la necesidad de ser flexibles y saber cambiar de rumbo con rapidez. 

 

Análisis 

Analizar lo que dejamos detrás para aprender de los errores y no repetirlos. El pensamiento crítico debe formar parte del quehacer diario. 

 

Formación 

La tecnología avanza vertiginosamente. No todo el mundo puede adaptarse con las mismas capacidades ni a igual velocidad, por eso es importante contar con los canales de formación adecuados. 

 

Emociones 

Las empresas resilientes están formadas por personas resilientes, que no caen en el pesimismo, que saben trabajar bajo presión, soportar el estrés. Los equipos resilientes no nacen, se forjan con estos materiales: 

  • Confianza. Las empresas deben trabajar para crear un clima de comunicación sincera, donde se conviva con respeto. 
  • Buenas relaciones. Establecer lazos sólidos entre los miembros del equipo propicia el espíritu de cooperación, la empatía y el apoyo mutuo. 
  • Creatividad. Permitir que todo el mundo opine, valorar sus aportaciones y conceder autonomía para llevar a cabo los propios proyectos. 
  • Implicación en la toma de decisiones. Los éxitos son de todos. Por lo mismo, si algo va mal, todos pueden sentirse responsables de los fracasos y también de buscar soluciones. 

 

Cuando estas condiciones se dan, las crisis se convierten en oportunidad porque, como diría el poeta Horacio, «la adversidad tiene el don de despertar talentos que en la prosperidad hubieran permanecido dormidos». 

 

IG: @estrellafloresc

 

 

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