Comer saludable no quiere decir que tenemos que restringirnos de ciertos alimentos o realizar alguna dieta estricta. Significa asegurarle a tu organismo los nutrientes necesarios para desarrollarse.

A la mayoría de las personas les encantaría bajar de peso sin tener que sacrificarse tanto, pero no saben cuál es la forma ideal de hacerlo. Muchas veces, lo más difícil no es perder peso, sino elegir el régimen adecuado de nutrición.

La alimentación está ligada, en gran parte, a nuestras emociones. Por eso, pueden desarrollarse con facilidad problemas de salud relacionados con desórdenes alimentarios, obesidad, diabetes, malnutrición y otros problemas. Si logramos conocer la reacción de nuestro cuerpo ante los alimentos, será más fácil llevar un menú saludable.

Es mejor darle de todo un poco al cuerpo que comer de forma estricta para evitar caer en el «efecto rebote» (subida y bajada de peso).

Estrategias para aprender a comer saludable y triunfar:

  • Trázate una meta. Antes de iniciar algún cambio en la alimentación, prepárate mentalmente para evitar fracasar.No saltes el desayuno. Cuando despertamos hay una descarga hormonal en la hormona del cortisol, que requiere de alimentos energizantes para su función biológica.
  • Cambia la forma de preparar tus alimentos. Cocina al vapor, a la plancha, al horno o hierve los alimentos. Con esto logras eliminar la ingesta de grasas saturadas.Ten en la nevera frutas, yogur o gelatina para cuando sientas la necesidad de comer dulces.
  • Al iniciar un plan de reducción de peso, mantén el orden de las comidas, así evitas la ansiedad e inhibes el apetito durante el día.
  • Consume alimentos con propiedades adelgazantes, como la alcachofa, espinaca, brócoli, apio, toronja, piña y otros.
  • Finalmente, cuidado con el consumo de alcohol. Opta por bebidas con menos cantidades de calorías, como el vino, la sidra y algunas bebidas espumantes.

Una persona que aprende a comer saludable, está bien alimentada y tiene más oportunidades de desarrollarse plenamente, vivir con salud, aprender, trabajar mejor y protegerse de las enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia y otras.