Una carrera profesional o tener hijos, hay que elegir. Este podría ser el eslogan triste para muchas mujeres, según el último estudio de Esade Gender Monitor. El camino que conduce a la alta dirección puede convertirse en una verdadera carrera de obstáculos. Pero no todo es negro.

El último informe Esade Gender Monitor 2020, un estudio de la escuela de negocios Esade que lleva cinco años analizando la brecha de género en las empresas, muestra cuáles son los principales obstáculos que impiden que las mujeres accedan a puestos de dirección. Las 800 mujeres directivas consultadas para la elaboración del informe han asumido todos los retos vinculados a la promoción de la mujer a puestos de alta responsabilidad.

Ciertamente, cada vez más empresas están tomando medidas para eliminar las barreras de género y reducir los obstáculos al avance de la mujer. Pero estas políticas también requieren un cambio real en la cultura corporativa para ser efectivas.

El confinamiento y la carrera profesional

A este complejo escenario en la actualidad se suma el impacto que el encierro experimentado hace unos meses ha tenido en la trayectoria de los ejecutivos, los ajustes realizados por las organizaciones para responder a los protocolos de salud y las dificultades para conciliar la vida familiar y personal. y profesional durante la pandemia.

Así, la primera observación es muy clara: nueve de cada diez mujeres consultadas creen que existe un trato desigual a favor de los hombres para acceder a un puesto de responsabilidad. Asimismo, sostienen que muchas organizaciones consideran que una mujer con familia “está menos involucrada que un hombre”. Por consiguiente, la disponibilidad total suele ser la condición sine qua non para llegar a la cima, en opinión de las consultadas.

Ascenso o familia

Esto nos lleva al eterno problema de conciliar la vida familiar con las exigencias del trabajo. Y del estudio de Esade surge un dato llamativo. Más del 67% de las ejecutivas consultadas reconoce que tener hijos ha tenido consecuencias en su carrera profesional de una forma u otra. Lamentablemente, una de cada cinco mujeres ha decidido no tener más hijos por este motivo y el 80% de las que no son madres considera que no tener uno favorece su carrera profesional.

¿Y qué están haciendo las empresas en todo esto? El 69% de las mujeres consultadas afirma que existe una política de igualdad de género en su empresa. Sin embargo, el 36% consideró que su empresa no consideraba lo suficientemente importante implementar esta política y el 30% se quejó de que la cultura corporativa dificultaba la aplicación de las medidas.

¿Qué medidas concretas pueden tomar las empresas para eliminar o al menos reducir estas barreras? Según el estudio, las medidas más consolidadas son la formación ejecutiva, la flexibilidad horaria y los programas de tutoría. Las mujeres favorecen la creación de cupos y la formación, tanto para corregir los prejuicios de género como para ayudar a estas profesionales a desarrollar sus habilidades directivas. A juicio del informe, la clave está en que las empresas identifiquen a mujeres y hombres con estas capacidades e impulsarlos como agentes de cambio.