La senadora Kamala Harris, la virtual primera mujer y la primera persona de raza negra en ser elegida vicepresidenta de los Estados Unidos, ha hecho historia no sólo por la significación política de su triunfo. Tan pronto como subió al escenario para su discurso de aceptación, las redes sociales se llenaron de mensajes sobre un elemento no poco importante en la política: su atuendo. Una señal reveladora del escrutinio público que enfrentará su estilo al vestir en los próximos años.

El foco en su outfit no fue tan trivial como podría parecer. En lugar de distraer de sus palabras, el traje pantalón blanco y la blusa con lazo, creación de la venezolana Carolina Herrera, sirvieron para reforzar su mensaje de unidad y emancipación. En una noche en la que Kamala Harris atribuyó sus logros a las mujeres que a principios del siglo XX lucharon por el derecho de las mujeres estadounidenses a la participación política y la nueva generación que había ejercido esos derechos, también canalizó poderosos mensajes con su vestimenta.

Y es que la experimentada política se ha convertido en un estandarte del power dressing. Su preferencia por los trajes sastre frente a los artificiosos vestidos, collares de perlas y zapatillas Converse para las largas caminatas así lo revelan. Pero tienen un significado más profundo. Te lo contamos…

El traje blanco de Kamala Harris

El color blanco se ha asociado durante mucho tiempo con el movimiento estadounidense por el sufragio femenino. Adoptado como símbolo de pureza moral junto con el verde para la esperanza y el púrpura para la dignidad.

Pero el sábado por la noche no se trataba solo del voto femenino. Harris rendía tributo a Shirley Chisholm, la primera mujer negra elegida al Congreso en 1968, quien vistió de blanco cuando fue elegida.

También recordaba a Geraldine Ferraro, que se vistió completamente de blanco para aceptar el papel de compañera de fórmula de Walter Mondale en su campaña presidencial de 1984. Y también a Hillary Clinton, quien vistió un traje de pantalón blanco para aceptar la nominación presidencial demócrata en 2016.

Las mujeres del Partido Demócrata han usado continuamente el blanco en protesta silenciosa contra un presidente al que consideran una amenaza a sus derechos. En el discurso conjunto de Trump ante el Congreso en 2017, un grupo de legisladoras sincronizó sus atuendos para crear conciencia sobre los problemas de las mujeres, incluidos los derechos reproductivos y la igualdad de remuneración.

Un lazo de poder

La blusa con lazo de Harris también tenía un peso histórico. Fundamentalmente evocaba la vestimenta poderosa de Margaret Thatcher, que vestía las suyas como sus colegas masculinos usaban corbatas. Una metáfora apropiada de cómo la ex primera ministra del Reino Unido cooptó y rehizo las reglas de los hombres de la política británica de los años ochenta.

Perlas con historia

Un significado más profundo esconde los collares de perlas con los que suele rodear su cuello. En su época universitaria, Kamala Harris formó parte de la hermandad Alpha Kappa Alpha. La primera hermandad con letras griegas de mujeres negras cuyas fundadoras son conocidas como las «Veinte Perlas». A modo de ritual, en el momento de la iniciación cada miembro recibe una insignia decorada con 20 perlas. Simbolizan la hermandad de mujeres, la sofisticación y la sabiduría.

No es casual que en los momentos clave, Harris haya escogido un collar de perlas para acompañar su triunfo. Lo hizo en 1986, el día de su graduación en la Universidad de Howard. También en su primera aparición pública como firme candidata a la vicepresidencia junto Joe Biden, en dicha ocasión escogiendo un collar de la californiana Irene Neuwirth.