La chef Claudia Fabián, la fusión de distintas culturas
Con 15 años de experiencia en el mundo gastronómico, la chef dominicana Claudia Fabián ha logrado fusionar divinamente sabores y culturas en sus creaciones culinarias. De su experiencia e inspiración, y del reto que asumió en Barelo, hace dos años, junto al chef Carlos Martínez de Lizarduy, nos habla en esta entrevista.
Inicios de la chef Claudia Fabián
¿Cómo nace tu pasión por la cocina?
Llevo la cocina en la sangre, soy parte de una familia domínico-española amante del buen comer. De pequeña veía programas de cocina con mi abuela, los domingos cocinaba en casa con mi papá, y en las celebraciones familiares siempre me ubicaba cerca de la mesa para poder probarlo todo. Elegí dedicarme a brindar ese mismo disfrute a otras personas y fue la mejor decisión. Hoy en día sigue siendo el centro de mi vida.
¿Siempre supiste que lo tuyo era cocinar?
Siempre supe que me encantaba, pero no que podía realmente hacer carrera de esto. El día que asistí a un taller de carreras y me colocaron por primera vez un delantal para preparar un plato en una cocina profesional, sentí un clic instantáneo y me di cuenta que ese era mi lugar.
Muchas inspiraciones
¿Quién te inspiró a convertirte en chef?
Tuve muchas personas que me motivaron a amar la cocina. Mi abuela y sus recetas de tradición, los programas de Eugenia Rojo que veía con ella; mi papá y mis tías, que les encanta cocinar; mi mamá, que me enseñó a disfrutar un buen restaurante y a degustar la comida; la colección de libros de cocina en casa que me sentaba a ver cada día, y Morena, quien me dejaba entrar a mover un caldero o inventar algo para la comida de ese día. Mi esposo, por su parte, fue el primer chef que realmente me sorprendió y admiré, y quien me enseñó a experimentar con los sabores y a disfrutar sin límites la pasión por la gastronomía.
¿Cocinas de todo o se te da algún tipo de comida mejor que otra? Si es así, ¿cuál?
¡De todo! Soy más de la línea caliente que de repostería o panadería, pero trato de no limitarme. Me gusta crear, inventar y probar preparaciones saladas, dulces, picantes, frías y calientes.
¿Tienes algún ritual antes de empezar a cocinar?
Como casi todos los cocineros, el mise en place es lo esencial antes de empezar. Me gusta organizarme y estar segura de tener a mano todos los ingredientes que voy a utilizar.
La fusión siempre presente
¿Qué sabores dictan tu propuesta gastronómica?
Me encantan los contrastes, combinar sabores, ingredientes y técnicas de distintos lugares del mundo para luego crear platos que causen ese ¡wow! al momento de probarlos.
¿Dónde encuentras inspiración a la hora de crear un plato?
¡En todas partes! En general, me inspiran los sabores e ingredientes que he probado o las creaciones y recetas de otras culturas. Nunca he sido del tipo de chef que cree que lo sabe todo. Me gusta descubrir algo nuevo cada día.
Viviste en México por varios años, un país que tiene una gran riqueza cultural y gastronómica. ¿Qué aprendiste y qué atesoras?
En México puse en pausa el trabajo para dedicarme a mi familia y tuve la dicha de ¡vivir México! Pude disfrutar de una de las gastronomías más únicas del mundo, y cuando tienes la oportunidad de probar sabores tan diferentes, simples y complejos, tu paladar no vuelve a ser el mismo. Es decir, siempre buscas ese factor sorprendente en cada bocado.
¿Cómo ha influido tu identidad de mujer caribeña en tus recetas?
La mujer caribeña es sazón, sabor y energía. En el Caribe tenemos tantas mezclas de culturas y de ingredientes que no podemos evitar tener la mente muy abierta y la creatividad despierta para saber usar esos sabores tan especiales en cada receta.
Barelo
¿Desde cuándo estás en Barelo y cuál es tu rol?
Desde el inicio, hace dos años. Soy la chef de cocina junto a Carlos Martínez de Lizarduy, con quien había trabajado hace 10 años. Cuando se me presentó la oportunidad de hacer equipo y combinar nuestros estilos en una cocina, sencillamente me encantó la idea. Antes de terminar la construcción del restaurante, ya estábamos creando el menú y definiendo la comida que queríamos desarrollar, basada en la combinación de dos generaciones en una cocina.
¿Qué te apasiona de trabajar en este restaurante?
Me apasiona aprender cada día más sobre todos los aspectos de la profesión. Sin embargo, lo principal para mí siempre será la cocina, lo que pones en el plato, y poder ver la reacción inmediata del que lo prueba.
Una casa, dos chefs
¿Cuál sería el ingrediente extra que le pones al negocio?
Una vez, en una publicación del restaurante, mencionaron que yo era el corazón de la cocina, y eso me encantó porque es lo que siempre trato de poner en mi trabajo: puro corazón, entrega y ganas de seguir trabajando en un lugar donde el equipo ya se ha vuelto una gran familia.
En general, me inspiran los sabores e ingredientes que he probado o las creaciones y recetas de otras culturas. Nunca he sido del tipo de chef que cree que lo sabe todo. Me gusta descubrir algo nuevo cada día»
Una casa con dos chefs, ¿quién cocina? ¿Son competitivos entre ustedes?
Competitivos nunca, y menos en algo que amamos tanto y que, incluso, nos unió. Es curioso y nos reímos mucho porque siempre nos dicen: «¡En su casa deben comer muy bueno!», pero la mayoría de las veces lo que queremos es pedir delivery y ver una película.
¿Alguno de tus hijos te ha dicho que quiere seguir sus pasos profesionales?
A Sofía Marie, mi hija, le encanta cocinar desde pequeña. Cuando empezó a hablar, pidió una cocina y un uniforme. Tengo varios videítos de ella explicando recetas que cualquiera se vuelve loco. En cuanto a Marcos José, apenas tiene tres años, le encanta igual ayudar, ver todo lo que uno hace en la cocina, y principalmente probar todo, es ¡muy buen diente!
¿Qué hace brillar a tus creaciones?
Siempre he creído en el poder de transmitir tus sentimientos a través de la comida, y por eso intento poner lo mejor de mí en cada plato. Eso incluye lograr platos combinando mis conocimientos con experiencias y sabores, y ser capaz de sacarle una sonrisa a quien lo prueba.
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